Cuando se piensa en inversiones exitosas, lo primero que suele venir a la mente son bienes raíces, acciones de empresas sólidas o fondos indexados. Sin embargo, el mundo de las finanzas también está lleno de historias sorprendentes sobre personas que apostaron por ideas que parecían absurdas, ridículas o incluso arriesgadas… y que terminaron siendo grandes éxitos.
En este artículo, te presentamos algunas de las inversiones más locas que, contra todo pronóstico, generaron enormes retornos. Estas historias demuestran que, a veces, el mayor activo de un inversionista no es el dinero, sino la visión, el olfato para detectar oportunidades y la valentía de ir contra la corriente.
1. La compra de pizza con Bitcoin
Probablemente una de las historias más famosas del mundo cripto. En 2010, un programador llamado Laszlo Hanyecz compró dos pizzas por 10.000 bitcoins. En ese momento, BTC no tenía prácticamente ningún valor, y la compra fue una forma de demostrar que podía utilizarse como moneda.
A día de hoy, esas dos pizzas habrían costado… más de $300 millones de dólares (dependiendo del precio de BTC). Aunque parezca una locura, esa compra demostró el potencial real de Bitcoin como medio de intercambio, y fue un paso fundamental para su adopción. Una inversión que parecía un chiste, resultó ser una piedra angular en la historia de las criptomonedas.
2. La startup que vendía aire enlatado
Sí, leíste bien. En 2015, dos emprendedores de Canadá crearon “Vitality Air”, una empresa que vende aire puro enlatado de las Montañas Rocosas a consumidores en países como China o India, donde la contaminación es severa.
Aunque al principio muchos pensaron que era una broma o una estafa, la idea pegó: en algunos mercados los frascos de aire se vendían por más de $30 USD cada uno. La empresa creció rápidamente y generó cientos de miles de dólares en ventas. Un negocio que parecía salido de una comedia absurda… terminó siendo una solución exótica a un problema real.
3. Dominios web “ridículos” que valen millones
Durante la burbuja del .com, algunas personas comenzaron a registrar nombres de dominio que sonaban graciosos o genéricos, simplemente por si acaso. Uno de los casos más llamativos fue el dominio “Pizza.com”, comprado en 1994 por solo $20 USD. Años más tarde, su dueño lo vendió por $2.6 millones de dólares.
Lo mismo ocurrió con otros dominios como:
- Beer.com: vendido por $7 millones.
- Business.com: vendido por $345 millones (junto a la empresa).
- Sex.com: más de $13 millones.
Invertir en palabras comunes de internet parecía ridículo en los 90… pero para quienes lo hicieron, la rentabilidad fue astronómica.
4. Pokémon y cartas coleccionables
Durante muchos años, las cartas de Pokémon eran vistas como simples objetos de juego para niños. Pero quienes decidieron conservarlas, especialmente las primeras ediciones, hoy tienen verdaderos tesoros.
Una carta holográfica de Charizard de primera edición se vendió en 2020 por más de $220.000 dólares. Y un set completo de cartas originales puede superar fácilmente los seis dígitos en subastas.
Esta “locura” por lo retro y la nostalgia convirtió lo que parecía un simple pasatiempo en una inversión extremadamente rentable, incluso para celebridades como Logan Paul, que invierte activamente en este mercado.
5. El meme Dogecoin
Dogecoin comenzó como una broma: una criptomoneda basada en un meme de un perro Shiba Inu. Su logo y nombre no eran serios, y no tenía un propósito técnico claro más allá de divertirse en internet.
Sin embargo, gracias al respaldo de comunidades online, influencers y figuras como Elon Musk, Dogecoin alcanzó una capitalización de mercado de más de $80 mil millones de dólares en su pico durante 2021.
Quienes compraron Dogecoin cuando valía fracciones de centavo, y vendieron en su punto más alto, multiplicaron su dinero miles de veces. Una lección de que a veces el marketing y la cultura pop pueden pesar más que la lógica financiera.
6. Acciones de Apple… antes de que fuera cool
Aunque hoy parece obvio invertir en Apple, hubo una época (finales de los 90) en que la empresa estaba al borde de la quiebra. Sus acciones llegaron a valer menos de $1 (ajustado por splits). Invertir en Apple en esa época se consideraba arriesgado y poco sensato.
Hoy, quien invirtió $1.000 dólares en acciones de Apple en 1997, tendría más de $1 millón de dólares. Lo mismo aplica para Amazon, Netflix o Tesla en sus primeras etapas. Invertir en ideas locas (en su momento) puede ser increíblemente lucrativo si se acierta.
7. Bananas tatuadas, piedras de mascotas y otras rarezas
En la historia reciente también hay inversiones que parecen sacadas de un cómic:
- Pet Rock (piedras como mascotas): vendidas en los 70 por $4, generaron millones.
- Bananas tatuadas por artistas se subastan como arte contemporáneo.
- NFTs de imágenes absurdas (como un pixel o una roca digital) que se vendieron por cientos de miles de dólares.
¿Inversiones o locuras? Lo cierto es que alguien supo leer el momento cultural y capitalizarlo.
✅ Conclusión: ¿Visión o suerte?
Todas estas historias tienen algo en común: quien invirtió lo hizo antes de que fuera popular. Eso implica tomar riesgos, pensar diferente y, muchas veces, aguantar las burlas de otros.
No todas las ideas locas se vuelven éxitos, pero muchas de las grandes fortunas se hicieron apostando por lo que otros no veían. Eso sí: cada una de estas historias también recuerda la importancia de investigar, tener paciencia y no poner todo tu capital en una sola idea.
Así que la próxima vez que escuches una idea que suena ridícula, tal vez no sea tan tonta como parece… tal vez sea la próxima gran inversión.